lunes, 12 de noviembre de 2012

¿Cuál es el origen de Dios?


La Biblia comienza con la siguiente declaración: "En el principio creó Dios los cielos y la tierra." (Génesis 1.1).
En este texto se nos da una explicación del origen del universo, pero se asume la existencia de Dios, y, ni aquí, ni en ninguna otra parte de la Biblia se trata de dar alguna explicación a cerca de su origen, y esto por el simple hecho de que Dios es eterno, esto es, no tiene ni principio ni fin.
Cuando Moisés le pregunta a Dios a cerca de su nombre, el Señor le dice: "YO SOY EL QUE SOY" (Éxodo 3:14), y con esto no admite mas explicación que la de un ser eterno.
Jesucristo, "el cual es Dios sobre todas las cosas" (Romanos 9:5) dice de sí mismo: "Antes que Abraham fuese, yo soy..." (Juan 8:58); no dijo, antes que Abraham fuese yo era, sino dijo YO SOY, dejando claro de este modo su carácter eterno.

¿Hay pruebas de que Dios existe?

Es mucho más difícil probar que Dios no existe que lo contrario, su existencia; ya que todo lo creado es una clara evidencia de su existencia y su majestad. Veamos algunos textos que nos hablan de esto:
"Porque las cosas invisibles de él (Dios), su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa." (Romanos 1.20)
El apóstol Pablo en este versículo está hablando de Dios, el cual es invisible, ya que "Dios es espíritu..." (Juan 4:24), y un espíritu no puede ser visto con ojos naturales; pero este Dios invisible, cuyo poder es eterno se hace claramente perceptible por Su creación, la cual deja al hombre sin excusa para negar la realidad de un Dios todopoderoso.
También en otra parte de las Escrituras, el apóstol Pablo dice:
"En las edades pasadas él (Dios) ha dejado a todas las gentes andar en sus propios caminos; si bien no se dejó a sí mismo sin testimonio, haciendo bien, dándonos lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenando de sustento y de alegría nuestros corazones." (Hechos de los Apóstoles 14.16-17)
Vemos también que las lluvias, los alimentos que comemos, los sentimientos de gozo que hay en nuestros corazones son razones que también testifican a cerca de Dios.

¿Hay quienes no creen en Dios?

Seguro que los hay, y la Biblia los llama necios: "Dice el necio en su corazón: No hay Dios." (Salmo 14:1)
¿Qué es una persona necia? El diccionario lo define como ignorante, obstinado, imprudente, terco. Dado que la creación es la prueba más clara de la existencia de Dios, algunos hombres, creyendo ser sabios, mostraron su ignorancia tratando de dar explicaciones sin sentido al origen del universo, inventando teorías tales como "la evolución de las especies" o el "Big Bang", las cuales cayeron por carencia de sustento científico.
El apóstol Pablo también habló de esta clase de hombres que niegan a Dios diciendo "...pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios..." (Romanos 1.21-22)
Lamentablemente poca esperanza hay para este tipo de personas, ya que Salomón dice en el libro de Proverbios: "Aunque al necio lo muelas y lo remuelas, y lo machaques como al grano, no le quitarás la necedad." (27:22 NVI).
Aún así el necio tiene siempre la oportunidad de arrepentirse.

¿Es suficiente la comprensión intelectual de la existencia de Dios?

No, lo que Dios pide de nosotros es FE, ya que "...sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan." (Hebreos 11.6)
En otra parte de la carta a los Hebreos se nos dice: "Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía." (11.3)

Una palabra final de reflexión.

Este Dios, creador del universo algún día va a juzgar al mundo por su maldad, de modo que animo a todos aquellos que lean esto a que se arrepientan de sus pecados. Esto es posible por la muerte de Jesucristo en la cruz y por su resurrección de entre los muertos. Dios te ama y está interesado en tu vida, por tanto no tardes en humillarte ante Él para que perdone todos tus pecados y te dé vida eterna.

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