Hipócrita: literalmente
denotaba en griego un actor de teatro (hupokriteis), y de ahí, por su sentido
secundario de actuar, de dar una representación ajena a la realidad de la
propia persona, vino a denotar un engañador, uno que pretende lo que no es, o
que oculta sus verdaderos pensamientos, actitudes o intenciones bajo una
máscara de falsas apariencias. (Tomado del Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado
Vila-Escuain)
Este es el
verdadero problema de la religión, engendra hipócritas en lugar de cristianos.
Porque lo que la religión genera tiene apariencia de cristiano, pero no lo es,
porque solo cambia lo exterior y superficial (y en muchos casos ni si quiera
eso) pero deja intacto el ser interior corrupto y pecador.
Solo Cristo puede
hacer de una persona un verdadero cristiano, ya que Él renueva el corazón,
porque el Señor mismo afirma lo siguiente: "Porque
del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las
fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias." (Mateo
15:19)