Por esta fecha, muchísima gente está
preparándose para festejar la Navidad. La Navidad, ya sea que lo tenga presente
o no la sociedad, tienen como centro a Jesucristo, aunque muchos no son
consientes de ello.
Hace ya poco mas de 2000 años que tuvo
lugar en un pequeño pueblo de Israel llamado Belén un importante acontecimiento
que benefició a la humanidad, el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo.
Todos conocemos los siguientes hechos
históricos a cerca del Señor:
- Su nacimiento
y peregrinar por este mundo.
- El hecho de
que nació de una virgen, María; quien antes de haberse casado con José, un
carpintero, tuvo un hijo perfecto, sin mancha ni pecado, totalmente puro.
- Su ministerio,
los milagros que realizó, su muerte, su resurrección al tercer día y su
ascensión al cielo.
Todos debemos esperar también de un
acontecimiento futuro importantísimo que nos llena de esperanza:
- Cristo, tal
como lo prometió, volverá.
Quiero que, a la luz de la Biblia y de
las mismas palabras del Señor Jesucristo, meditemos en la esta pregunta: ¿Para qué vino Cristo al Mundo?
Estudiemos algunas afirmaciones que hizo
el mismo Señor Jesucristo respecto del propósito de su venida:
CRISTO VINO AL MUNDO...
1.- Para mostrar la verdad.
"Le
dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy
rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar
testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz." (Jn.
18:37)
En un mundo donde hay tantas religiones y
sectas de las cuales no sabemos a quién creerle, donde los líderes religiosos
están más preocupados por el poder, su propia gloria y el dinero más que por
Dios y el prójimo; en un mundo donde hay gobernantes que mienten descaradamente
para lograr su propia beneficio en lugar de el de las personas; en un mundo en
el que existe el paradigma de que si queremos prosperar en los negocios lo
debemos hacer mintiendo, engañando, estafando, evadiendo, etc.; surge una
pregunta ¿dónde está la verdad?, o ¿quién tiene la verdad?
La respuesta nos la da el mismo Señor:
"Jesús
le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino
por mí." (Jn. 14:6)
"...tu
palabra es verdad" (Jn. 17:17)
2.- Para predicar el Evangelio:
"Pero
él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del
reino de Dios; porque para esto he sido enviado." (Lc. 4:43)
"Jesús
respondió:—Vámonos de aquí a otras aldeas cercanas donde también pueda
predicar; para esto he venido." (Mc. 1:38)
Esa verdad que está en Cristo no podía
ser ocultada, porque la verdad que hay en Cristo trae esperanza, paz, amor,
gozo; por esa razón se encargó de darla a conocer mediante la predicación.
3.- Para que podamos disfrutar de la vida
por medio de Él:
El
ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que
tengan vida, y para que la tengan en abundancia. (Jn. 10:10)
¿Qué es lo que realmente nos hace
felices?
¿El dinero? El dinero se acaba, es
volátil, sirve solo para este mundo porque una vez muertos no podremos llevar
nada. "No te afanes acumulando
riquezas; no te obsesiones con ellas. ¿Acaso has podido verlas? ¡No existen! Es
como si les salieran alas, pues se van volando como las águilas." (Pr.
23:4-5)
¿La fama? Algún día moriremos y pronto
nadie se acordará de nosotros.
¿El poder? En el mundo hay muchos hombres
poderosos, pero hasta ahora nadie ha podido cambiarlo; siguen las guerras, el
hambre, los crímenes; las familias se destruyen, los sistemas económicos de
países que hoy son una potencia mañana están por el piso y no hay nadie que los
pueda levantar.
¿El alcohol o las drogas? Pobre de
aquellos que acuden a estos flagelos de la sociedad en busca de la felicidad.
¿En alguna religión? Cuantas decepciones
se lleva la gente cuando acude a quién promete prosperidad, sanidad, milagros;
y todo en el nombre de Dios. Este es uno de los caminos más engañosos, porque
parece que viniera de Dios, pero no es de Dios realmente, porque Jesucristo
jamás dijo que vino al mundo a fundar una religión, y de hecho que no lo hizo.
Solamente en Cristo podemos encontrar la
verdadera felicidad, en una relación personal con Él; porque la felicidad no se
halla por medio de logros personales o materiales, sino que es una cuestión
espiritual que solamente podrá ser satisfecha en la persona de Cristo.
4.- A buscar y a salvar lo que se había
perdido:
"Porque
el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido." (Lc.
19:10)
El ser humano no busca a Dios, busca
solucionar sus problemas, busca hallar el modo de pagar sus deudas, busca como
sanarse de sus enfermedades, busca consolarse de sus desengaños amorosos, busca
la prosperidad, el bienestar, pero lamentablemente lo hace siempre acudiendo a
los lugares y las personas equivocadas. "Como
está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien
busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien
haga lo bueno, no hay ni siquiera uno." (Ro. 3:10-12)
Pero gracias a Dios que vio
nuestra incapacidad y fue Él quien vino a buscarnos estando nosotros perdidos
en medio de nuestro egoísmo, miseria, debilidad y pecado.
5.- Para salvarnos de nuestros pecados:
"Y
dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo
de sus pecados." (Mt. 1:21)
Aquí está nuestro problema y la raíz de
todos nuestros males, en nuestro pecado.
El pecado es un problema que tenemos
todos, ya que Dios mismo lo afirma diciendo "por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de
Dios." (Ro. 3:23)
¿Quién es el único que puede perdonar
pecados? Jesucristo. Por eso es el único que nos puede dar una vida plena.
La vida se arruina por el pecado, y
Cristo, al librarnos de nuestros pecados nos trae una vida llena de esperanza y
de paz.
¿Cómo somos librados de nuestros pecados?
Considerando lo que sigue a continuación, que es otro propósito por el cual vino
el Señor al mundo.
6.- Para morir en la cruz.
Ahora
está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto
he llegado a esta hora. Y decía esto dando a entender de qué muerte iba a
morir. (Jn. 12:27, 33)
La muerte que Jesucristo sufrió en la
cruz nos debería tocar a cada uno de nosotros por fallarle a Dios habiéndonos
entregado a nuestros pecados en lugar de a su voluntad. Pero tenemos esperanza
por medio de Jesucristo si nos arrepentimos y creemos en Él, un su muerte en la
cruz y en su resurrección. De este modo podremos ser salvos y cambiar la
certeza de una muerte eterna en el infierno por la garantía de la vida eterna
que solamente es posible creyendo en Cristo, quién vino al mundo, predicó estas
buenas noticias -la verdad-, murió en la cruz, resucitó al tercer día y hoy
está sentado a la diestra de Dios esperando el día en que vuelva a la tierra;
mientras tanto quiero que en esta Navidad meditemos en todo esto y tomemos la mejor
decisión de nuestras vidas, seguir a Jesucristo, amarle con todo nuestro
corazón y obedecerle en todo.